El placer de contemplar un paisaje en cualquier época del año es inmenso porque este gesto de inteligencia emocional permite al ser humano potenciar su diálogo interior en un espacio de calma y de silencio.
Efectos positivos de esta terapia natural
Contemplar la belleza de un paisaje es una acción inmanente que se convierte en un fin en sí mismo. Una terapia de belleza que eleva el ánimo a través del refuerzo de la alegría, suma nuevas dosis de esperanza, multiplica el gozo interior, refuerza la serenidad de ánimo y potencia la gratitud existencial por ese instante de belleza natural que te ayuda a ser consciente de que eres afortunado por contemplar ese regalo aquí y ahora.